jueves, 18 de septiembre de 2014

La importancia de las valoraciones

Como final de nuestra serie de consejos y no por eso menos importante, os quería hablar de la importancia que tienen las valoraciones después de haber afrontado un reto como el de Carles. Sin ellas, todo trabajo anterior carece de sentido, ya que constituyen el punto y final de nuestro camino, el cierre del círculo, la guinda del pastel.


Debemos tener en cuenta que todo el trabajo anterior de planificación, establecimiento de metas/objetivos, expectativas, procedimientos para llevarlo a cabo, etc. deja de tener sentido sin el feedback final, sin la revisión. Esto es, volver a mirarlo todo no desde la perspectiva de futuro, sino ahora una vez realizado el recorrido, con la perspectiva de la experiencia pasada.

Es entonces cuando todo por lo que hemos estado trabajando coge forma y nos damos cuenta que nos ha servido para mejorar.

Entre los aspectos a valorar después de haber practicado un entrenamiento mental en base a un objetivo concreto, recomendamos:

  • Reflexión sobre las expectativas que nos habíamos marcado en un principio: fueron éstas realistas y asequibles? o nos dejamos llevar por la ambición, la ilusión o por presiones internas/externas? Recordemos que en la medida que sea posible, dijimos que tenían que ser realistas y debiendo considerar nuestra experiencia, nuestro nivel de entrenamiento y nuestro estado físico y mental actual.
  • Reflexión sobre los resultados obtenidos, son los deseados? Si la respuesta es afirmativa: platearse si quizás hubiéramos podido ponernos una meta un poco mayor? Si la respuesta es negativa: Platearnos si nos pusimos un objetivo por encima de nuestras posibilidades en el momento de la prueba, no sabiendo pues, valorarnos de una forma realista.
  • Reflexión sobre los resultados obtenidos a nivel físico y mental: qué hice bien: qué aspectos de los que he utilizado, me han ayudado y por tanto, integraré en mi práctica habitual, y cuáles no me han servido y desecharé o intentaré mejorar.
  • Reflexión sobre los aspectos emocionales del reto: motivaciones, sensaciones que hemos ido experimentando (tanto positivas como negativas), momentos más duros, momentos más buenos i con qué lo relaciono…
  • Es muy importante que todo esto lo podamos hacer consciente i plasmarlo como en una especie de memoria del reto, para que en el futuro, antes de afrontar una nueva meta, lo podamos revisar para que nos ayude a planificar nuestra nueva empresa.

Conservar e ir aumentando este bagaje experiencial tanto a nivel material, como físico y mental, es muy útil y enriquecedor.



Aunque creamos que lo podemos recordar todo, a veces un detalle que olvidado y que hemos apuntado es la clave que necesitamos para desencallar una situación. Así que os animo a todos a probarlo!!! 
Finalmente y para acabar, recordaros que es igual de importante haber conseguido un reto, que tomarse el tiempo necesario para su celebración. 

La celebración tiene que ser proporcional al nivel de esfuerzo i de trabajo realizados, ya que será ésta la que sentará las bases de las motivaciones futuras. Si nunca celebramos las victorias, nuestro nivel de motivación se reduce, ya que el esfuerzo cobra más importancia y la sensación de haber disfrutado de la actividad va disminuyendo. Es preciso nivelar la cantidad de esfuerzo con la celebración (premio), para poder asimilar de forma sana la experiencia. Así que, runners, celebradlo como es debido!!!!

Y una cosa más, aunque las cosas no hayan salido como vosotros planearais, siempre hay una nota positiva por el mero hecho de la experiencia. Si no la encontráis, pensad en todo aquello que no ha salido y que podríais mejorar: Poder darse cuenta de lo que ha fallado, ja es algo positivo en sí, ya que es lo que os permite aprender y crecer como deportistas y como personas. No perdáis nunca la motivación inicial, el porqué del comienzo de todo, qué nos llevó a elegir ese deporte o esa manera de competir, ni perdáis de vista lo que habéis conseguido hasta ahora, ya que es así como se avanza: mirando el recorrido realizado, no obsesionándose con el que queda por hacer