martes, 22 de julio de 2014

Entrenamiento mental: ¿En qué consiste ?


Para empezar un entrenamiento mental es imprescindible ser conscientes de hasta qué punto nuestra mente interviene en fenómenos que se producen en el cuerpo. Como bien ya apuntaban los clásicos: “Mens sana in Corpore Sano”, cuerpo y mente se integran para dar forma a lo que somos, y concebir solamente una parte de lo que somos nos limita, nos debilita y nos aleja del éxito. Para llegar a un estado óptimo de rendimiento debemos tener en cuenta todos los aspectos que nos conforman, ser conscientes de ello y así poder conocer, controlar y dirigir mejor nuestras vidas, objetivos deportivos, retos...
Olvidar el aspecto psicológico en los entrenamientos del día a día es un error muy fácil de cometer y que nos pasará factura en la carrera.
Para entrenarlo existen diferentes técnicas, pero la idea que tenemos que tener presente, si no contamos con el apoyo del psicólogo deportivo, es la de poder captar y almacenar lo que está ocurriendo en nuestra mente mientras realizamos nuestra actividad, es decir, hacer conscientes las sensaciones, pensamientos, percepciones y cambios que vamos experimentando durante todo el entrenamiento, al igual que estamos pendientes de los aspectos físicos como la frecuencia cardíaca, la temperatura, la respiración la hidratación, etc.
Será toda esta información la que nos dará las claves para superar los obstáculos mentales el día de la competición, nos preparará para mantener el equilibrio cuerpo-mente y nos ayudará a aumentar el rendimiento.
Se trata de identificar y darnos cuenta de lo que percibimos, sentimos y pensamos y luego cómo lo resolvemos.
Pondré un ejemplo muy sencillo para explicar cómo debemos realizar este entrenamiento mental:
En un determinado punto del recorrido o tiempo “Me siento exhausto” (SENSACIÓN FÍSICA)
No voy a poder acabar lo previsto” (PENSAMIENTO NEGATIVO IRRACIONAL) “Voy a dejarlo por hoy” (RESOLUCIÓN o DECISIÓN).
Este primer paso de identificación es muy importante y es el más difícil de aprender, pero una vez hemos podido hacerlo lo único que nos falta es sustituir los pensamientos negativos por pensamientos REALISTAS O RACIONALES (no positivos).

Siguiendo nuestro ejemplo sería:
Me siento exhausto” (SENSACIÓN FÍSICA)
Voy a intentar acabar, aunque sé que tendré que hacer un esfuerzo mayor que otras veces” (PENSAMIENTO RACIONAL Y REALISTA) (Aquí hay que aclarar que los pensamientos tipo “Yo puedo con todo, soy el mejor”... Aunque nos pueden dar ánimo en un momento puntual, al no ser realistas van perdiendo su intensidad a medida que van pasando los días, y si no los controlamos nos pueden generar expectativas demasiado elevadas que luego nos frustraran si no conseguimos alcanzarlas  “Voy a seguir ” (RESOLUCIÓN o DECISIÓN).
Si podemos realizar este ejercicio y vamos corrigiendo nuestros errores de pensamiento durante los diferentes entrenamientos y nos vamos acostumbrando a hacerlo, esto nos ayudará en las competiciones de una forma que no imaginamos ya que un pensamiento negativo actúa directamente sobre nuestro físico, desequilibrando las variables físicas que tenemos que controlar ( la ansiedad nos sube la frecuencia cardíaca, el tono muscular, el nivel de sudoración-deshidratación). Si podemos controlar la mente, estaremos manteniendo a raya también el cuerpo de manera que cuánto más control tenemos, más optimizamos los recursos de los que disponemos y más aumentamos nuestro rendimiento y resultado final.
De lo que se trata, pues, es de poder ir entrenando todos estos aspectos psicológicos desequilibrantes al mismo tiempo que entrenamos los físicos, utilizando nuestro máximo potencial.
Todo entrenamiento mental consta de diferentes aspectos a trabajar:
  • PLANIFICACIÓN DE LOS OBJETIVOS/METAS (a nivel de temporada y a nivel de carrera, por etapas: deben ser realistas y viables)
  • AUTOREGISTROS ( En los entrenamientos físicos, igual que nos apuntamos tiempo y frecuencia cardíacas, hay que apuntarse o fijarse en el tipo de pensamientos y sensaciones que nos asaltan durante el ejercicio a lo largo de las diferentes fases de entrenamiento)
  • IDENTIFICACIÓN / SUSTITUCIÓN DE PENSAMIENTOS NEGATIVOS (después de analizar los auto-registros, se trazan estrategias según los resultados).
  • ENTRENAR HABILIDADES PSICOLÓGICAS (Técnicas de relajación, concentración, focalización de la atención...)
  • EJERCICIOS DE CALENTAMIENTO (mientras se calienta establecer ejercicios de relajación y concentración)
  • TÉCNICAS DE AUTOMOTIVACIÓN (palabras, rituales, imágenes…)
  • PRÁCTICA IMAGINADA ( Analogías imaginadas de la situación deportiva )
  • VISUALIZACIÓN (de movimientos ejecutivos, de imágenes motivadoras)
  • CONCENTRACIÓN EN LA TAREA ( DISTANCIAMIENTO EMOCIONAL)
  • REEVALUACIÓN POSITIVA DE LA SITUACIÓN

Todas estas técnicas se pueden y se deben entrenar del mismo modo que se entrena la resistencia física, ya que ayudan a tener también más resistencia y agilidad mental.

Cada estrategia se puede llevar a cabo de diferentes maneras según el deporte y las características, preferencias o nivel de cada persona, por lo que es preciso escogerlas, combinarlas y adaptarlas al máximo a cada caso concreto.
Podéis empezar observando qué os pasa por la cabeza en cada momento, analizad lo bueno y lo malo y sacad el máximo partido a vuestra parte mental.
Hay que tener en cuenta que, antes de cualquier intervención se ha hecho una evaluación de diferentes aspectos de la personalidad de manera que paralelamente al trabajo de entrenamiento veremos cómo aspectos de nuestra personalidad están influyendo en la manera en qué afrontamos nuestra vida y el deporte, como parte de ella. Y cómo, siendo conscientes de ciertos aspectos podemos mejorar la resolución de diferentes situaciones vitales.